Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
No. 7
(siete)
SECCIÓN
PÁGINAS
de la 21 a la 25 de 64
el rollo
Guadalajara, México - Diciembre de 1995
Investigación e innovación educativa
María Guadalupe Moreno Bayardo*
* Miembro del Sistema Nacional de Investigadores y coordinadora de la
Maestría en Investigación Educativa del Centro de Investigaciones Pedagógicas y
Sociales (CIPS).
El concepto de investigación educativa
Con la intención de identificar cómo se vinculan, y a su vez, cómo se
diferencian (si es que lo hacen) la investigación y la innovación educativas,
conviene analizar algunas formas de conceptualizar la investigación educativa.
La definición contenida en el diagnóstico de la investigación educativa
realizado por la Secretaría de Educación Pública en 1989, establece que:
investigación educativa es el conjunto de acciones sistemáticas con objetivos
propios, que, apoyados en un marco teórico o en uno de referencia, en un
esquema de trabajo apropiado y con un horizonte definido, describen, interpretan
o actúan sobre la realidad educativa, organizando nuevos conocimientos,
teorías, métodos, medios, sistemas, modelos, patrones de conducta y/o
procedimientos educativos omodificando los existentes.
Por su parte, Jean Pierre Vielle (1989) explicita el concepto afirmando
que: la investigación se entiende como todo proceso de búsqueda sistemática
de algo nuevo; se trata de actividades intencionales y sistemáticas
de búsqueda que llevan al descubrimiento y a la invención de algo
nuevo. Este "algo" producto de la investigación, no es solamente del
orden de las ideas y del conocimiento, la investigación educativa genera
resultados diversos y muy diferentes; nuevas ideas, conceptos, teorías; nuevos
diseños, modelos, prototipos; nuevos valores, comportamientos y actitudes;
nuevos productos, artefactos o máquinas, etcétera.
Pablo Latapí (1981), se refiere a la investigación educativa
describiéndola como: el conjunto de acciones sistemáticas y deliberadas que
llevan a la formación, diseño y producción de nuevos valores,
teorías, modelos, sistemas, medios, evaluaciones... se considera investigación
educativa no cualquier esfuerzo de búsqueda de conocimientos o reflexión acerca
de los hechos o problemas educativos, sino sólo las actitudes que persiguen la
innovación educativa intencionadamente y en forma sistemática.
Sin duda que estas tres formas de definir la investigación educativa no
agotan las posibilidades de conceptualización de la misma, ni pueden ser
consideradas como de aceptación universal; incluso podrían ser objeto de debate
entre quienes conciben de manera diferente la investigación educativa, sin
embargo, para efectos del análisis a realizar, se han considerado como un buen
punto de partida.
El análisis de dichas definiciones permite detectar algunos elementos en
las que todas insisten:
– La presencia de
acciones intencionales y sistemáticas.
– Realizadas con apoyo
en un marco teórico o uno de referencia.
– Que conducen al
descubrimiento de algo nuevo.
– Que pueden ser de
diversa naturaleza: conocimientos, teorías, ideas, conceptos, modelos,
productos, artefactos, máquinas, medios, pero también valores, comportamientos
y actitudes.
Llama la atención especialmente, que en la definición de Pablo Latapí se
precise que se considera investigación educativa no cualquier esfuerzo de
búsqueda de conocimientos o reflexión acerca de los hechos o problemas
educativos, sino sólo las actitudes que persiguen la innovación educativa
intencionalmente y en forma sistemática.
Con base en esta definición y la coincidencia de las tres analizadas en
referirse a la investigación educativa insistiendo en la producción de
algo nuevo, pareciera posible afirmar prácticamente que la innovación es
condición esencial que caracteriza a la investigación educativa, lo cual
conduce necesariamente al análisis que es centro de interés en este trabajo.
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